Me tragué como muchas veces las ganas de decir algo, porque sabía que la discusión a seguir solo me haría sentir peor. Me sentí tan indefensa ante tal ataque que solo recogí los restos de mi comentario y me fuí.
Recordé también como aveces río de cosas que viniendo de alguien más no me provocarían gracia alguna... pero salen de tu boca, y verte sonreír es lo que provoca mi alegría.
Supongo que mi falta de gracia y mi poca habilidad para relatar son motivos para remover la estupidez que vive en mí.
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