En medio de una platica entre dos amas de casa nada comunes (mi madre y yo); surgió un buen consejo que he guardado como tantos otros que me ha dado: quiere tu casa.
Al escucharla hablar recordé que se siente no tener una, no poder decir "te espero en mi casa" o "estoy en mi casa descansando"; frases que suenan tan comunes en cualquier conversación pero que en alguna época de mi vida me abstuve de decir.
Ella pasó por situaciones similares a las mias hace meses y dice que al haber regresado a su hogar lo aprecia mas que nunca. Lo cual me puso a pensar en cuan rápido damos las cosas por ciertas, que aveces nos olvidamos de lo que nos cuestan y las descuidamos.
Es por eso que ayer por la noche me dediqué a limpiar una de las habitaciones que nunca usamos hasta que quedó reluciente. Es como si por el hecho de no usarla no fuese parte de la casa y por lo tanto no habia tiempo para ella entre las múltiples ocupaciones diarias.
Sólo por darme tanta felicidad le dedicaré de ahora en adelante la media hora extra que mi madre me ha aconsejado.
Wednesday, January 30, 2008
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