Abuela

Ya hace casi un mes desde que no estas
Y es hasta hoy, que me animo a levantar la pluma en tu nombre.
Podría empezar por decirte que te extraño en aquella casa oscura donde no estamos ni tu ni yo, pero no lo haré porque no quiero recordarla.
Antes que nada disculpa mi falta de educación al hablarte de tu, pero es que desde que te fuiste te tengo dentro y ahora formas parte de mi.
Solo quisiera, (si es que pudieses contestarme) preguntarte si te molesta que te llore de vez en cuando. Es que a veces oigo tus pasos o te escucho reír y de repente la tormenta me llega a los ojos.
Solo será de vez en cuando, lo prometo, porque estoy segura que me alcanzaras en algún sueno y te veré reír y apretarme las manos como la ultima vez, y me harás bien.
Hoy que me levanto contigo dentro, veo el mundo a través de tus ojos y de repente me da por sonreír, por bailar y por decirle a la gente que se alegre.
Me da también por abrazar a mi familia, por cocinarle a mis amigos pero mas que nada me ha dado por hacer las paces con mis enemigos.
Desde que vives en mi entiendo, que no hay que poner la otra mejilla sino sonreír. Aunque la gente nos diga simples, débiles; el propósito es ser feliz, es no quejarse y sonreír.
Voy a bailar por la vida con tus pasos pequeñitos, a tomarme un tragazo y fumarme un cigarro cada vez que se te antoje, que al fin y al cabo el propósito, aquel tal inalcanzable, me lo has puesto ya entre las manos.